
(…)Cannabis, me duele hasta tirar la ceniza
pa cuando salgo de copas o trino camisas
no pasas de moda, eres como las bodas
Te fumo sin prisa, y no hay mayor alegría
para mi cuerpo serrano, que un peta en la mano
si fueras mujer, yo hubiera dejado a la mía(…)
pa cuando salgo de copas o trino camisas
no pasas de moda, eres como las bodas
Te fumo sin prisa, y no hay mayor alegría
para mi cuerpo serrano, que un peta en la mano
si fueras mujer, yo hubiera dejado a la mía(…)
Melendi-Cannabis
Hace casi dos semanas atrás, mientras una charla interesante, de la emoción que hay en leer poesía borracho, (hecho que particularmente me parece ocioso, por no decir cojudo) llegaba a su parte climática, no se le ocurrió mejor idea a uno de mis compañeros escritores, que mostrarme un porrito, en la clásica cajita de fósforos La Llama, en ese instante mis ímpetus de colegial fumón regresaron.
Con mi espíritu fumeque también regresaron los recuerdos de lo fácil que era volverse un artesano, fabricando pipas con manzanas, papas, y cualquier tubo que estuviera disponible, y si mencioné la cajita de fósforos, era porque el que en algún momento ha estado necesitado de una pipita, no ha dejado viva una cajita de Llama, de Inti, o de fósforo de diez céntimos, en fin.
No hay que hacerla larga y decir concretamente que dimos una piteada, por lo que espero me perdone el dueño del local donde nos encontrábamos –pero que quede claro solo fue una- en el camino ascendente que suele seguir todo lanzador me pareció verme otra vez con mi pantalón plomo (no el de color rata) mi camisita blanca, mi corbata granate, mi casaca de colegio del mismo color amarrada a la cintura, y los infaltables amigos con quienes estudiábamos el inagotable universo de la luna lunera, o las conversas con Bob Marley, o Marilyn Monroe; claro también estábamos los que navegábamos mismo Principito de Antoine de Saint-Exupéry, de mundo en mundo, y claro habían hartos aviadores que se negaban a dibujar corderos.
Bueno, lo curioso de la noche es que la gente no se dio cuenta que éramos tres, un poeta, un narrador, y cuentista que estaban chinos de risa hablando de la maravilla flexible de nuestros dedos anulares, y lo quemado que era fulano o mengano, ah y que perenseja era más tramposa que tragamonedas para chibolos. Minutos después de los efectos más destacados de fumar un cacho, fui haciendo un resumen de los casi incontables hechos acontecidos esa noche. Fue en ese instante que caí que ya tenía una cita para el día siguiente, que había choteado (despreciado) a una flaca que me invitó a una discoteca, que había contado cuatro cuentos al público presente, estaba filosofando de por qué había sido un error ser miembro de un partido político, y que al día siguiente era día de la madre.
Ya de vuelta a mi casa se me ocurrió compartir todo esto con alguien, y fue desde ese día que pensé en contarlo mediante un correo, una cadena, o facebook, pero ya que lo estoy colgando acá, ya está solucionado el problema, sin embargo se crea otro, y es que ahora públicamente todos saben que me gusta fumar de vez en cuando. Si les molestas que les moleste, y si me invitan es bajo el riesgo de salir en mi siguiente comentario. Contado y Servido, chau.
Oe tio que fue, ya me he deconvertir en un fans de tu blog jejeje no alucines, pero sabes querido amigo eso de rememorar los espacios de sano y ecológico esparcimiento en el colegio, pues me hizo recordar los paseos con la fulana de siempre y de todos que por las calles de Alejandro D Oustua,donde compartimos como compañeros en el sentido literal (de la partición del pan) jajaja.
ResponderBorrarBueno tio un abrazo y deja ya esas malas costumbres. carya no eprendes jajajaja
Esto blog esta bueno , hay que ampliar con tus monologos de cualquier huevada que te salen de la pm, suete ya lo revisare con mas detalles sique pa delante
ResponderBorrarsergio
quemao como siempre tio, que bueno k te estes dedicando a hacer lo que te de la gana, no hay nada mejor k eso, Leo - nel
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